Deja el césped alto
Cortar el césped demasiado puede ser perjudicial para la salud del césped, por lo que te recomendamos que no cortes más del tercio superior. Esto supone la ventaja adicional de mantener el césped lo suficientemente alto como para dar sombra a la maleza incipiente y bloquear su acceso a la luz solar vital. Así se reduce la posibilidad de que la maleza se propague, porque se inhibe su progreso por la falta de luz solar necesaria para la producción de energía.
Fertiliza temprano
Fertiliza el césped en primavera para evitar que se fortalezca accidentalmente la maleza del verano, sobre todo cuando las condiciones ya son perfectas para su crecimiento. La fertilización a mediados de la primavera también fomenta los brotes laterales saludables, el grosor de las hojas y el crecimiento de las raíces en preparación para el clima cálido que se avecina. Revisa siempre el césped por si presenta malas hierbas antes de añadir cualquier fertilizante.
Riega con cuidado
Cuando riegues el césped durante el clima seco, asegúrate de que el agua llegue a las raíces más profundas del césped, regando en grandes cantidades, pero con menos frecuencia. El césped habrá tenido más tiempo para echar raíces, por lo que puede beneficiarse del agua que ha penetrado profundamente en el suelo, mientras que las raíces de la maleza estarán más cerca de la superficie y no llegarán con tanta facilidad al agua profunda.
¿Sabías que?
Entre las malas hierbas típicas del verano se incluyen las siguientes: digitaria (Digitaria sanguinalis), hierba de la golondrina (Euphorbia supina), diente de león (Taraxacum officinalis), tréboles y margaritas. Saber qué debes buscar te ayudará en la lucha contra la maleza.