
Lechuga
La lechuga es un cultivo ideal para principiantes, a diferencia de los tipos de lechuga en cogollo, porque seguirá creciendo incluso después de haberla cortado. Así podrás volver a por más después de unas semanas (son lo que se llaman variedades resurgidoras).
-
Siémbralas en macetas, en lechos elevados o en bolsas de cultivo.
-
Utiliza tijeras para cortarlas cuando tengan unos 15 cm de altura y podrás volver a hacerlo hasta cuatro veces.
-
Hay muchas variedades coloridas, como la rúcula picante y la lechuga de hoja de roble.
Rábanos
¡El cultivo ideal para los más impacientes! Los rábanos suelen estar listos para comer en solo unas pocas semanas, sobre todo en verano.
-
Con sus grandes semillas, son fáciles de sembrar. Sigue nuestros consejos y tendrás cosechas con frecuencia.
-
Siémbralos en el exterior y mantenlos bien regados.
-
Cuando estén listos, sácalos del suelo, lávalos, córtalos y cómetelos.
Tomates de arbusto
Los tomates de arbusto son más fáciles de cultivar que las variedades de tipo "cordón" (que necesitan más apoyo) y se pueden cultivar en macetas, cestas o bolsas de cultivo.
-
Cultívalos a partir de semillas en el interior entre finales de enero y marzo.
-
Trasládalos al exterior, a un lugar soleado y protegido (o en invernadero) en mayo.
-
Déjalos crecer (con fertilizante líquido una vez que se hayan formado los frutos) y elimina el follaje que bloquee la luz solar para que los tomates puedan madurar.
Patatas
Hay tres tipos de patatas: nuevas o tempranas, semitardías o de estación y viejas o tardías. Y hay una gran variedad de patatas entre las que elegir.
-
Si no tienes mucho espacio, las nuevas y las semitardías (las patatas "nuevas"), se pueden cultivar en bolsas de compost o en macetas y se recomienda consumirlas frescas.
-
Usa tierra rica en nutrientes o compost y riega habitualmente cuando haga calor.
-
No olvides seguir cubriendo los nuevos brotes con tierra a medida que aparezcan para que las patatas tengan espacio para crecer bien cubiertas de tierra.
Una vez que hayas elegido las hortalizas, recuerda:
Elige el lugar idóneo
Si quieres cultivar hierbas o lechugas, opta por un lugar que esté parcialmente a la sombra. De lo contrario, busca un lugar al que le dé bastante el sol, pero que también esté protegido del viento y la lluvia. Recuerda preparar la zona eliminando las malas hierbas, añadiendo estiércol o compost y rastrillando uniformemente.
Usa el espacio que tengas
Amontonar las hortalizas y plantas juntas no funcionará, así que usa el espacio del que dispongas de forma inteligente. ¿No tienes mucho espacio? Plantéate utilizar lechos elevados, macetas y jardineras de ventanas. También existe la opción de usar bolsas de cultivo para plantas que tienen raíces más cortas, como los tomates.
¡Fuera plagas!
No eres el único al que le gustan las hortalizas: a las babosas y a los caracoles también les gustan.
-
Retira cualquier elemento alrededor del huerto en el que puedan esconderse las plagas (como ladrillos y muebles de jardín).
-
Coloca una barrera física, como cinta de cobre autoadhesiva, alrededor de macetas y lechos elevados.
-
Utiliza, alrededor de las plantas, una barrera que pinche, como cáscaras de huevo trituradas.
Riega bien, pero con cuidado
La cantidad de agua de riego depende del cultivo en concreto. Por ejemplo, las lechugas y los tomates necesitan mucha agua, mientras que la remolacha requiere agua solo antes de que el suelo se seque.