Limpiar, podar y cortar
Después de que los vientos invernales hayan barrido el jardín, es hora de rastrillar las hojas caídas y las ramitas rotas que se encuentran debajo de los setos y arbustos. No solo para conseguir una apariencia de jardín más despejada, sino también para asegurarse de que haya suficiente flujo de aire entre el suelo y la atmósfera, algo esencial para la salud de las plantas.
Si alguna planta que bordea tu césped ha avanzado hacia delante durante el invierno, hay que podarla antes de comenzar a cortar el césped por primera vez. Así el corte será más fácil y rápido; además de que así protegerás las plantas de las cuchillas del cortacésped.
Ordenar y eliminar la maleza
Hay que inspeccionar las plantas y los arbustos, quitar las flores muertas para facilitar que la floración continúe. Hay que eliminar la maleza de los macizos de flores y el césped. Las malas hierbas de pequeño tamaño se arrancan del suelo más fácilmente, por lo que hay que abordar esta tarea lo más temprano posible en la temporada y evitar que se propaguen para ahorrar esfuerzo más tarde.
Nutrir las plantas en macetas
Febrero es un buen momento para comprobar los niveles de humedad de las plantas en macetas y añadir fertilizante para asegurarse de que tengan una nutrición adecuada para una primavera llena de flores. La nutrición y la humedad son más limitadas cuando las plantas están en macetas, porque no pueden enviar a sus raíces en busca de sustento como lo harían en campo abierto.
Prepara el sistema de riego
Esta es la época ideal del año para planificar el sistema de riego para los meses más cálidos y secos de primavera y verano. La instalación de un sistema de riego automático puede ahorrar tiempo y energía y, si se instala correctamente, también agua. Como alternativa, recoger agua en recipientes y regar a mano es una excelente manera de reciclar el agua de la lluvia.