Despeja el camino
Antes de embarcarnos en el primer corte, la mejor idea es revisar el césped para ver si hay piedras u otros objetos duros, como piñas, que podrían dañar el cortacésped. Si tu jardín ha sufrido por los vientos invernales, hay que asegurarse de quitar las ramas, palos y ramitas de árboles que puedan impedir el avance del cortacésped.
También existe la posibilidad de que algún animal pequeño haya hecho un nido en el jardín durante el invierno, así que hay que asegurarse de que no haya ninguna criatura dormida en la zona que se va a cortar.
Protege tu césped
Hay que aprovechar cualquier rayo de sol de febrero y esperar a que el día sea seco para cortar. Así será mucho más fácil conseguir un corte limpio, ya que las briznas de césped estarán en posición vertical y es menos probable que formen una bola a medida que se cortan. El corte con un tiempo más desapacible puede causar un impacto negativo en el césped y debilitarlo, lo que lo hace más susceptible a los parásitos.
Comienza con la poda
Hay que tener cuidado de no cortar más de un tercio de la altura del césped de una sola vez. Si este está alto, hay que ajustar la altura de corte al máximo disponible para ir bajándola después gradualmente con cada corte. Esto garantiza que el césped mantenga la suficiente superficie para convertir la luz solar en el combustible que necesita para crecer.
Evitar usar un cortacésped mulching en el primer corte. Cuando se extienden grandes cantidades de recortes de césped alto sobre el suelo, estos bloquean el flujo de aire e impiden la filtración del agua. Estos son dos procesos vitales, sobre todo en esta época del año en la que el césped se está recuperando del clima más duro de los meses de invierno.