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Aunque el invierno mantiene a raya a muchas plagas, hay un trío de enemigos muy comunes que pueden seguir causando estragos en los jardines. Estos son los insectos y escarabajos a los que hay que prestar atención esta temporada y nuestra guía para erradicarlos de forma segura.
Aunque son nativas del sur de Europa, el norte de África y Oriente Medio, estas molestas polillas han empezado a aparecer en otros lugares. Por eso, si tienes pinos o coníferas en tu jardín, es conveniente que cada invierno compruebes si hay nidos.
Estas mariposas de verano de color blanco grisáceo son inofensivas. Pero las larvas que ponen pueden dejar sin agujas a las coníferas, debilitándolas. Por eso, la clave es atraparlas antes de que se transformen en polillas.
Suelen encontrarse debajo de las agujas del árbol y se envuelven en un velo blanco para refugiarse durante el otoño/invierno. También puedes buscar las orugas anaranjadas y observar cómo se mueven. Si forman un procesión de orugas es probable que se trate de procesionaria del pino (el propio nombre lo dice).
Las larvas de la polilla son urticantes y provocan dolorosas irritaciones en los ojos, la piel y las vías respiratorias, tanto para las personas como para los animales domésticos. Por eso es mejor recurrir a la ayuda de un profesional para controlar la procesionaria del pino en el jardín. En algunos países se han puesto a prueba trampas ecológicas en los árboles, mientras que en otros el control biológico ha tenido cierto éxito.
El «gorgojo de la fresa» (Otiorhynchus rugosostriatus) es conocido por destruir las bayas, pero si te ocupas de él en invierno podrás llegar a la raíz del problema.
Estos pequeños y resistentes escarabajos son negros y redondeados con un caparazón duro. En invierno, por otra parte, hay que buscar las larvas. Las larvas blancas en forma de C, de menos de 1 cm de longitud, se encuentran justo debajo de la tierra en la base de los tallos de las plantas.
El control biológico puede ser lo mejor para disuadir a los gorgojos sin dañar las plantas vecinas ni poner en peligro a otros animales silvestres.
Las cochinillas, que afectan a todo tipo de plantas comunes de jardín, pueden dañar desde las plantas de hoja perenne hasta los árboles de hoja caduca y son especialmente aficionadas a los invernaderos.
Hay tantas especies de cochinillas que puede resultar difícil llevar la cuenta. Busca pequeñas protuberancias debajo de las hojas de las plantas que no florezcan. Algunas exudan una sustancia pegajosa denominada mielada, que es otra señal.
Otros insectos y aves son enemigos naturales de las cochinillas. Plantar en tu jardín variedades que favorezcan a las mariquitas puede ayudar a hacer frente a una población creciente. Prueba a introducir nematodos como línea biológica de defensa o aplica un lavado con aceite vegetal durante los meses de invierno.
